sábado, 17 de octubre de 2009

En cualquier momento...

No me cansaré de repetir que la carretera no es nuestra amiga; le pasa como al mar: puede parecernos muy bonita y apacible -no por sí misma, sino por los lugares a los que nos conduce-, pero en cualquier momento puede revolverse y poner en juego nuestra vida.

Este accidente se produjo ayer, a primera hora de la mañana, en una autovía de Murcia. El vehículo se estrelló contra la barrera de unas obras; barrera compuesta por elementos de plástico rellenos no de arena o de agua, sino de hormigón, precisamente para proteger la vida de los operarios de mantenimiento.

No había huellas de frenado, por lo que todo apunta a que pudo ser un despiste, un desvanecimiento o, sencillamente, que el conductor se quedó dormido. El coche, en vez de seguir la curva de la carretera, siguió recto, tropezó con un quitamiedos y de inmediato se fue contra la barrera que estaba cerrando el carril derecho.


El impacto fue brutal; el conductor resultó herido de gravedad. Al ser un modelo antiguo -es un Citroën ZX-, el coche no llevaba air-bag, por lo que no hubo nada que amortiguase el impacto contra el volante. Como el conductor iba dormido, o inconsciente, ni siquiera pudo protegerse segundos antes del choque...


Este otro siniestro se produjo a la salida de una de las pedanías de Lorca. El coche, que tenía poco más de un año de antigüedad, empezó a arder. El conductor sólo tuvo tiempo de echarlo al arcén y escapar, antes de que las llamas lo consumiesen por completo.


Lo extraño es que el motor está intacto; es decir, que el incendio se ha producido desde la parte central o posterior. El conductor comentó que había tenido un golpe -un alcance-, y que el coche llevaba un tiempo en el garaje, sólo que esa tarde decidió sacarlo un poco. Puede ser que el alcance le hubiera movido el tubo de escape, hasta ponerlo en contacto con alguna zona inflamable... o que los discos de frenado se hubieran quedado tocados, hasta sobrecalentarse, incluso que haya habido alguna fuga en el depósito de gasolina...

En cualquier caso... en cualquier momento podemos perder la vida. La carretera no es nuestra amiga; es un ser indiferente, a quien en el fondo le da igual que disfrutemos recorriéndola, o que nos quedemos tendidos en el asfalto.

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